Siempre demostró el amor por el fútbol y por River Plate
El sábado pasado (28 de julio) se cumplieron 77 años del debut de Don Adolfo Pedernera en la primera división de River Plate. Lo hizo con tan sólo 16 años y fue una larga carrera ligada a River Plate y a una gloria digna de ser recordada. Nació el 15 de noviembre de 1918 en una casa de familia muy humilde en Avellaneda (donde tuvo como ídolos a las figuras de Racing de los años 20, pre profesionalismo) y se fue trasladando hacia Parque Patricios donde logró probarse.
Desde chico deslumbró, a los 12 años se probó en Huracán y allí quedó durante unos años. Deslumbraba con la gambeta, el manejo absoluto del balón y la inteligencia para moverse. Claro que esto tenía un secreto, según contó siendo adulto ¨en esos años de purrete había un tipo que era un fenómeno pegándole a la pelota, yo empecé a imitarlo hasta darle igual. No me conformé, ahí nomás decidí darle con las dos piernas igual, me quedaba hasta la noche dándole con la zurda, estaba tantas horas que me rompía el dedo gordo...¨ El perfil, el dominio del balón, la ductilidad y su pegada distintiva fueron puntos fundamentales para una carrera gloriosa.
En 1933 llegó un jugador de Huracán a River Plate (Correa) y le habló muy bien del ¨pibe¨ que ya era motivo de habladurías en distintos lugares. El DT Roldán aceptó que Correa lo trajera y lo colocó en las inferiores del club. Tardó poco tiempo en acomodarse y así se ganó un lugar en el 11 inicial del 28 de julio de 1935 (al lado de ídolos como Bernabé, Peucelle, Lago, Deambrossi, Wergifker, Minella...), partido que se empató frente a FCO. Luego le tocó enfrentar a Racing y apabulló a un defensor que estaba entre sus ídolos de niño, éste jugador se le acercó y le dijo ¨es bueno que tenga habilidad y la demuestre pero burlarse de los contrarios le va a traer más problemas que ventajas...¨ Esto le alcanzó para convertirse en un caballero y respetar siempre al adversario.
Moreno, Pedernera y Labruna... uno de los grandes lujos que se dio River Plate
Era desfachatado en su juego pero fuera del campo también se tomaba ciertas libertades que llevaron a dejarlo fuera del plantel durante un largo tiempo. Volvió a primera división recién en la sexta fecha del 36 y lo hizo junto a su ¨hermano¨ por elección, el Charro Moreno. Con un par de partidos en los que pudo demostrar que había aprendido la lección, se decidió hacerle el primer contrato (¨fue tanta la emoción que en el tranvía miraba para todos lados temeroso que me afanaran... al llegar a casa me abracé con mi mamá, tiré la plata al aire y nos pusimos a llorar¨.
Sus andanzas y las delicias no terminaban en la cancha, durante las noches salía con el Charro Moreno y disfrutaban de la noche porteña. Tenía fascinación por los poetas y los tangos, muchos artistas fueron parte de su círculo de amistades pero al que no podían dejar una noche sin visitar era a Troilo. La rutina era escucharlo tocar el bandoneón y al terminar el espectáculo ir a bailar o tomar algo y cuando no se podía, se presentaba el Gordo en la concentración del plantel.
Mural del museo que recuerda a la delantera que formó la eterna máquina
Su gran manejo y dominio de distintas posiciones, sumadas a la habilidad de Moreno, la movilidad permanente de Loustau y la potencia definidora de Labruna permitieron el armado de La Máquina, un constante movimiento y un engranaje perfecto que sorprendía a los rivales que no sabían donde y a quien debían marcar. Su función era desbordar con el pique corto o gambetear y colocar la pelota en los pies o cabeza de Labruna, sin embargo, en 1942 llegó a marcar 24 goles. Una operación de meniscos lo complicó en 1943 (lo obligó a retrasarse en el campo de juego y reconvertirse en estratega) y a principios de 1947 se fue a Atlanta (habiendo jugado 287 partidos en River Plate). En 1948 fue muy importante en la huelga de jugadores y a raíz de ello se fue a Millonarios de Colombia con varios jugadores más donde ganó todos los elogios posibles (además de 4 títulos y un subcampeonato en 5 años).
Ante la amnistía de 1954 debió volver a Huracán donde se enojó con su presidente Ducó. Al volver a casa le dio un ataque de nervios y decidió abandonar el fútbol. A partir de allí inició su carrera de DT (armando recordados equipos) hasta que en 1978 empezó a trabajar en las inferiores del club junto a Peucelle. En 1984 tuvo el interinato entre Cubilla y el Bambino Veira que sirvió para cambiarle la posición al Príncipe Enzo Francescoli (lo sacó de enganche o carrilero por derecha para llevarlo de delantero) y Enrique (lo sacó de delantero para ponerlo como carrilero por derecha) y también para mantenerle la posición a Olarticoechea (estaba cansado de ser lateral). Tenía la gran habilidad de transmitir bien su conocimiento y hacerse entender y respetar. Falleció el 12-5-95 pero dejó grandes recuerdos que están rubricados en la historia millonaria.
Camiseta utilizada por Pedernera en 1938 exhibida en el museo
Renato Cesarini dijo ¨Puedo asegurar que Adolfo Pedernera fue extraordinario. Como jugador nacido no vi nada igual. A veces, me parecía mentira que existiera alguien que jugara al fútbol así...¨ o también las palabras de Obdulio Varela (capitán uruguayo campeón en Brasil 50) previas a la final de la Copa del Mundo ¨no siente miedo de jugar contra Brasil, contra Zizinho...? y su repuesta fue: Miedo? Se olvida que yo jugué contra Pedernera? Les puedo asegurar que como Pedernera no juega nadie...¨
extractos de ¨El libro de River¨ de Diego Fucks
Por Charro