"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

martes, 28 de octubre de 2014

La felicidad de recuperar el protagonismo y la memoria

No es fácil recuperar la memoria

La línea que separa el marketing de la venta de humo muchas veces es muy delgada (un claro ejemplo es la vida de los bosteros que han inventado su historia apoyándose en el marketing en lugar de basarse en los hechos y prefieren vivir en la mentira de los mitos populares que se apoyan desde el periodismo ventajero). Al salir campeones este año, surgió una frase muy marketinera que era solo una partecita muy pequeña de la realidad, ¨River vuelve a ser River¨ era una frase que para ser más real y sincera debería haber sido ¨River empieza a volver¨. Los sufrimientos y el dolor sin cicatrizar que tiene el hincha (en parte por la necesidad de volver a demostrar la grandeza y por otra por la impunidad con que nos pegaron), hace que cualquier pequeño logro se pueda amplificar (llegamos a estar en el quinto subsuelo y ahora vemos la luz, eso no quiere decir que estemos en el piso más alto como estuvimos en gran parte de nuestra historia).

El haber salido campeones fue un gran alivio y nos devolvió parte de esa alegría que habíamos perdido, nos devolvió parte de la conciencia, nos hizo ver más lejos de aquellos días de pesadillas y más cerca de la gloria, nadie sabe si de pronto nos encontramos en un escenario ficticio (como pareciera estar actualmente Independiente) pero al menos se veía lejano el escenario de la pesadilla. El plantel de Ramón aún era mediocre a mitad de campeonato pasado y no lograba llegar a la punta del torneo pero de a poco mostró virtudes y tomó confianza. Esa fue la semilla del cambio para el hincha, el momento de empezar a revalorizar al plantel y de sentirse orgulloso de sus jugadores (como había sucedido en casi toda su historia).

Los valores se trastocaron y era más importante gritar por los delincuentes de la barra que por el ingreso del equipo (tan importantes se creían que entraban al mismo tiempo para que se deje de cantar ¨soy de River¨ y se pase a cantar ¨llegan los borrachos del tablón¨. Hoy ni nos enteramos cuando entran porque son menos y porque ya no son acompañados por todos los sectores del estadio). Una cuestión cultural instaurada por cierta dirigencia corrupta que prefería que la mirada estuviera en la tribuna para que el hincha se ¨distrajiera¨ mientras el plantel era diezmado, las campañas eran desastrosas, la economía del club era asaltada y nacía la cultura del aguante.

Si en las tribunas no había exigencia pero había aguante, si en el club había saqueo pero silenciado por los cómplices, si en la cancha no había plantel pero nadie debía explicar porqué; estaba claro que la identidad millonaria se ponía muy borrosa. Los títulos ¨domésticos¨ (?) ya no importaban (porque son muy largos, mejor son las copas cortas y por eliminación directa que permiten algunos ¨arreglos¨) y la grandeza se mide por quien tiene más copas (que pueden ganarse 5 por semestre y que pueden implicar ganar solo un par de partidos). Ya no importaba jugar arriesgando y provocando el error rival sino que había que cuidarse y enredar al rival. Se contrató a Pellegrini para ganar una copa sin importar como y de a poco se abandonó el estilo y la escuela de inferiores (de pronto dejaron de haber proyectos interesantes). Así nos encontramos con el peor plantel de la historia, técnicos sin categoría o que estaban más preocupados por los negocios y un equipo que durante años se sintió perdido, que intentó jugar como lo hacen los equipos chicos pero sin la posibilidad de hacerlo.

Tan notorio fue nuestro descenso a los infiernos que hoy se puede ver la diferencia. La dirigencia puede tener mucho contacto con aquellos delincuentes, la barra puede seguir los mismos pasos de aquellos días, los cómplices pueden estar presentes pero hoy podemos ver diferencias notables. Hoy los jugadores demuestran ser inteligentes, seguros y de temperamento. Se formaron en el dolor y sufrimiento del descenso y ascenso (algunos transitando las inferiores otros debiendo jugar), saben el sacrificio que implicó aquel tiempo y cuanto se trabajó para llegar a este momento. La presión vivida en aquellos días aciagos hacen que la presión de hoy sea una caricia; la obligación de ayer, hoy es una simple prueba; aprendieron del dolor y compromiso de Almeyda, del optimismo y seguridad de Ramón y ahora aceptan la exigencia y virtuosismo de Gallardo.

La cara del hincha no solo está feliz por ser puntero, el hincha va distendido a la cancha y seguro del triunfo como en los viejos tiempos, se canta por el equipo y se quiere humillar al rival que no quiere jugar o que aprovechó estos años para querer sentirse superior a la historia de River Plate. Uno espera el pitazo inicial para ver la superioridad, espera el ataque permanente, se siente seguro en el Monumental y el rival sabe que viene por una misión imposible, uno se impacienta si no aparece esa diferencia pero a partir de la victoria las canciones son de festejo y para poner las cosas en su lugar (el más grande lejos). La canción puede ser de aliento o para buscar una reacción pero básicamente pasa a ser un festejo y la forma de agrandar al equipo. Aún falta mucho para que todos entendamos que vivimos una maldita pesadilla pero recién ahora el hincha empieza a entender cuan lejos estábamos de nuestra identidad; una identidad tan profunda que ni siquiera los delincuentes nos la pudieron quitar. Esa identidad que pretende arriesgar, intentar y buscar siempre, que puede no conseguirlo pero que muestra otras virtudes, un plantel que se refuerza con jugadores claves pero que puede buscar respiro en sus inferiores. Una cuestión genética que nos dice quienes somos y nos muestra que diferente somos a otros personajes que quieren ser pero no pueden. Un juego que nos hace felices por mostrar superioridad y por mostrarle el camino al resto del fútbol argentino. No es casual que cuando River Plate juega bien aparezcan otros equipos haciendo lo mismo (como pasa ahora) o que cuando River Plate está bien preparado, otros equipos le siguen el ritmo (como pasó en el Nacional). River Plate siempre fue la nave insignia del fútbol argentino y es hora que volvamos a tomar el timón del buen camino... el de la seriedad (buen cuerpo técnico y aprovechando los adelantos técnicos), los títulos, el buen juego y la superioridad.

Por Charro.

3 comentarios:

gabriel dijo...

Me habia despertado con ganas de escribir que los riverplatenses nesecitamos nuestro NUNCA MAS.Una CONADEP de estos 12 años que vivimos que estudie e investigue lo que hicimos y dejamos de hacer, sobre todo lo que dejamos hacer los hinchas.Lo permisivo que fuimos y lo que aceptamos.Lo pense en base a unos comentarios sobre los alcahuetes devenidos periodistas pero con la camiseta de boca puesta, y que es una deuda pendiente y a cambiar en corto o mediano plazo.No dejan de ser un problema por los innombrables en en esos puestos bajan su linea, permanentemente la padecemos quienes prendemos un televisor para escuchar un noticiero o ver la transmision del partido.Y nos preguntamos en que momento paso esto? porque tenemos que escuchar tantas gansadas de ignorantes que en suvida pisaron cesped?Porque tanto olor a bosta en cada comentario??
Pero me encontre con esta nota, y pienso que la podria haber firmado yo.Coincido.Coincido totalmente.Y mas, pienso que el descenso fue cultural, terminamos pareciendonos a otros, nos confundieron los valores, lo veo en loshinchas mas pequeños.Y ese descenso se fue amasando mucho antes del deportivo.Y ahi creo JUGO y JUEGA un papel muy importante las voces dominantes en los medios, de estos cochinos.Desde ahi empezamos a perder (y de hecho la perdimos) una batalla tambien.La Dicatadura Bostera.Bizarra, ordinaria, sin estilo, cultora del 0 a 0 sirve, del estar bien armaditos atras, de los que pegan patadas, de los que la revolean, del aguante, del ganar como sea y sobre la hora.Un asco.El antifutbol.La mezquindad absoluta y reverenciada.
Bien, sobrevivimos 12 largos años.Aun no tenemos peso en AFA, menos a nivel Sudamericano,en los escritorios no ganamos una, somos objetos de cualquier sancion ridicula porque pegarnos es facil y ejemplifican con nosotros, pero algo va cambiando.Un presidente distinto, que sabe hablar y comunicarse, otras cabezas pensantes alrededor sobre todo con conocimientos de futbol, de cancha, de como va este negocio si se quiere, figuras como Enzo, o Gancedo, Beto, Amadeo.Ese es nuestro plus.Ahi esta nuestro ADN, intacto.Si cuando pensamos en la redonda, podemos sacar alguna ventaja.Ese es nuestro negocio.Algo que los demas no podran hacer nunca.ES apenas un cambio, no menor.Otro cambio en la misma linea, es la cabeza de nuestro primer equipo.Gallardo entra en esa linea de gente inteligente de trabajo y con conceptos claros.
Pequeños signos, pero importantes para volver a ser.Falta mucho.No debemos olvidar nunca mas lo que nos paso.Y crear los anticuerpos para no volver a pisar el palito que nos ponene los enemigos.Unidad entre los riverplatenses.

Anónimo dijo...

A los nuevos lectores del blog, les recomiendo que busquen el post que escribió el Sr. River Plate en ocasión del descenso y que se llama "River perdió la categoría", nunca nadie pudo resumir en tan pocas palabras el sentimiento de lo que River por esos días.

Esto es como un bálsamo para los más grandes, un renacer para los que estamos en el medio y una revelación para nuestros hinchas más chicos que nunca habían visto a River jugar así.

Todavía es temprano, pero estoy preparando la bandera.

Saludos
Aledb

hernan dijo...

Lo tremendo de la descripción es que en medio de todo eso hubo nombres rutilantes de la mejor historia que por complicidad o impericia resultaron cómplices. Claro que Passarella es el más notable, pero el combo de oferta que Astrada trajo cuando se desarmó el plantel del 2005, fue un reflejo de todo esto. Hoy disfrutamos de Gallardo, y en medio de este repaso se me ocurre reivindicar (o revalorar, o juzgar de otra manera) el gesto del Muñeco en Enero de 2006. Fue Gallardo el que se plantó frente a un estilo diciendo "esto no es River". Claro, no es tan lineal; del otro lado también había un tipo que mucho tenía que ver con la mejor historia del club. Pero en aquel momento el primer equipo de DAP resultó algo más acorde, alguna goleada en el repechaje de la Copa, e ilusiones que duraron poco. "Esto no es River" se reemplazó por "en las malas mucho más", y así terminamos.
Hablando de marketind: lo que hicieron con los jugadores repartiendo camisetas me pareció hermoso.